jueves, 7 de febrero de 2008

Poemas de Fernando Pessoa (a propósito de Saudades)


TODO, MENOS EL TEDIO, ME DA TEDIO...

Todo menos el tedio me da tedio.

Quiero sin tener sosiego sosegar.

Tomar la vida todos los días

Como un remedio,

De esos remedios que hay para tomar.

Tanto aspiré, tanto soñé que tanto

De tantos tantos me hizo nada en mí

Mis manos quedaron frías

Sólo de aguardar el encanto

De aquel amor que las calentara al fin.

Frías, vacías, Así.


SI MUERO PRONTO (**)

Si muero pronto,

Sin poder publicar ningún libro,

Sin ver la cara que tienen mis versos en letras de molde,

Ruego, si se afligen a causa de esto,

Que no se aflijan.

Si ocurre, era lo justo.

Aunque nadie imprima mis versos,

Si fueron bellos, tendrán hermosura.

Y si son bellos, serán publicados:

Las raíces viven soterradas

Pero las flores al aire libre y a la vista.

Así tiene que ser y nadie ha de impedirlo.

Si muero pronto, oigan esto:

No fui sino un niño que jugaba.

Fui idólatra como el sol y el agua,

Una religión que sólo los hombres ignoran.

Fui feliz porque no pedía nada

Ni nada busqué.

Y no encontré nada

Salvo que la palabra explicación no explica nada.

Mi deseo fue estar al sol o bajo la lluvia.

Al sol cuando había sol,

Cuando llovía bajo la lluvia(Y nunca de otro modo),

Sentir calor y frío y viento

Y no ir más lejos.

Quise una vez, pensé que me amarían.

No me quisieron.

La única razón del desamor:

Así tenía que ser.

Me consolé en el sol y en la lluvia.

Me senté otra vez a la puerta de mi casa.

El campo, al fin de cuentas, no es tan verde

Para los que son amados como para los que no lo son:

Sentir es distraerse.

(**) De heterónimo Alberto Caeiro


TODAS LAS CARTAS DE AMOR SON RIDÍCULAS...**

Todas las cartas de amor son ridículas.

No serían cartas de amor si no fuesen ridículas.

También escribí en mi tiempo cartas de amor,

como las demás,ridículas.

Las cartas de amor, si hay amor,tienen que ser ridículas.

Pero, al fin y al cabo,sólo las criaturas que nunca escribieron cartas de amor

sí que son ridículas.

Quién me diera el tiempo en que escribía

sin darme cuenta

cartas de amor

ridículas.

La verdad es que hoy mis recuerdos

de esas cartas de amor

sí que son

ridículos.

(Todas las palabras esdrújulas,

como los sentimientos esdrújulos,

son naturalmente

ridículas).
**Heterónimo Alberto Caeiro

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